lunes, 2 de noviembre de 2015

LECTURA 8 LA ESTRUCTURA DEL LENGUAJE MUSICAL

El concepto o la idea que se ha tenido de música a través de la historia, debemos afirmar que ha sido protagonista en todo tipo de manifestaciones culturales de diversa naturaleza y que, contra lo que comúnmente se tiene entendido, ha etado revisada de muy diferentes funciones: desde la mágica y ritual de los chamanes de las tribus o de los ritos órficos, en los que se utilizaba con propiedades terapéuticas, a la puramente práctica, donde la música se utilizaba para obtener resultados determinados como la preparación de los soldados para la guerra, la propaganda del poder imperante o el acompañamiento del baile o teatro. Entre estos extremos existen un amplio abanico de posibilidades como la función religiosa, enfatizada desde la Antigüedad como forma de comunicación más elevada y superior, a ala meramente lúdica para simplemente producir una sensación placentera, función que curiosamente domina en la actualidad, como heredera de los postulados románicos que defendían la autonomía de la música instrumental, siendo considerada como la más superior de las artes por su poder de expresar  lo inexplicable con la palabra. A estas funciones habría que añadir la comunicativa y la social, quizá una de las más importantes junto a la función lúdica en nuestros días.

A lo largo de la historia, pues, la reflexión sobre el concepto de música ha sido una constante, aunque la estética musical como disciplina consta de poco más de dos siglos de historia. Las definiciones se han centrado desde los aspectos más físicos de la música, es decir, el material acústico (tradicionalmente el sonido, aunque se han incorporado otras materias primas como el silencio y el ruido) a las ideas intelectuales y metafísicas (estética musical) pasando por los procesos psicológicos de percepción y la consideración de música como lenguaje, arte o ciencia.

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